La vida es como aquel regalo que no entiendes, un regalo que miras extrañado, buscándole un sentido y al no encontrárselo te vuelves hacia quién te lo ha regalado, mientras dudas de si sonreír y dar las gracias o simplemente preguntar ¿y esto? La vida es un regalo bien raro y al que no le encontramos sentido alguno, pero no tienes a quién preguntarle: ¿por qué me regalaste esto?Y probablemente, si tuviéramos a quien preguntarle, lo más seguro es que sonriéramos y dijéramos ‘gracias’.
La vida es un sufrimiento. Pero para bien, o para mal, es un sufrimiento dulce.
1 comentario:
Muy buen buscada la analogía.
Sobretodo, porque de igual forma que los regalos, dar la vida es algo que se hace casi siempre con buena intención.
Por eso cuesta más criticarlo, y es más doloroso que no te guste.
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