sábado, 30 de junio de 2007

MINORÍA Y MAYORÍA SEGÚN SCHOPENHAUER

"Hay que pensar como la minoría y hablar como la mayoría."
(Arthur Schopenhauer).

domingo, 24 de junio de 2007

LA SOLEDAD DE BORGES

"Estoy solo y no hay nadie en el espejo."
(Jorge Luis Borges).

miércoles, 20 de junio de 2007

TIRA y ALFOJA

Jugábamos a tirar cada uno de nuestro lado de la cuerda, tensándola cada vez más. Algunas veces me arrastrabas hasta ti, otras te llevaba yo a mi terreno. Y así estuvimos bastante tiempo hasta que, por fin, la cuerda se rompió y ambos lloramos, no por la cuerda rota, sino por no poder seguir jugando a tensarla cada uno desde su perspectiva.

Alejados ya, separados para siempre y convertidos en un simple recuerdo el uno para el otro, hoy veo con claridad que si nos hubieran dado una cuerda irrompible, ni tú ni yo hubiésemos querido jugar con ella.

martes, 19 de junio de 2007

DUDAS Y SENTIMIENTOS

¿Cuándo terminan las dudas, en aquellos casos que no podemos preguntar?

¿Cuándo acaban las dudas, en las situaciones en las que no nos atrevemos a preguntar?

Quizás son solamente interrogantes, aunque entre nosotros, nos referiremos a ellos como sentimientos.

lunes, 4 de junio de 2007

DYLAN THOMAS: Y LA MUERTE NO TENDRÁ SEÑORÍO

Me he atrevido a publicar la traducción al castellano del magnífico poema de Dylan Marlais Thomas, titulado originalmente como "And death shall have no dominion".

Y la muerte no tendrá señorío
Desnudos los muertos se habrán confundido
con el hombre del viento y la luna poniente;
cuando sus huesos estén roídos y sean polvo los limpios,
tendrán estrellas a sus codos y a sus pies;
aunque se vuelvan locos serán cuerdos,
aunque se hundan en el mar saldrán de nuevo,
aunque los amantes se pierdan quedará el amor;
y la muerte no tendrá señorío.

Y la muerte no tendrá señorío.
Bajo las ondulaciones del mar
los que yacen tendidos no moriran aterrados;
retorciéndose en el potro cuando los nervios ceden,
amarrados a una rueda, aún no se romperán;
la fe en sus manos se partirá en dos,
y los penetrarán los daños unicornes;
rotos todos los cabos ya no crujirán más;
y la muerte no tendrá señorío.

Y la muerte no tendrá señorío.
Aunque las gaviotas no griten más en su oído
ni las olas estallen ruidosas en las costas;
aunque no broten flores donde antes brotaron ni levanten
ya más la cabeza al golpe de la lluvia;
aunque estén locos y muertos como clavos,
las cabezas de los cadaveres martillearan margaritas;
estallarán al sol hasta que el sol estalle,
y la muerte no tendrá señorío.

(Dylan Thomas).